martes, 28 de agosto de 2012

El Verano de los Juguetes Muertos por Toni Hill

"Emergió del fondo, como una gran
muñeca muerta"
Una novela para tener estómago y leer una de las situaciones mas peliagudas que se te puedan presentar, en una historia que parece no tener fondo alguno.

Al principio os puede parecer aburrido como transcurre la historia, que es un poco lenta y vas viendo como no van encajando la cuestiones, y parece la historia muy sencilla y sin ninguna sorpresa aparente, pero engancha muchísimo.

Trata asuntos peliagudos, y de alguna forma os tocara algo en el fondo de lo moral, sobretodo con el caso de Héctor Salgado.

La historia se desarrolla en Barcelona, donde entran en juego varios matrimonios y varias historias, entre ellas una horrible noche de San Juan que tendrá a la policía muy despistada...desde luego puede que a algunos el final no les guste y a otros les encante, en mi caso me ha gustado mucho.

Son pocas páginas que os ira eclipsando, ya me contaréis que tal os ha parecido. Hay una parte de la historia, que os aseguro que os conmocionara, ¿Sabéis cual?

Nota en Librofilia: 7 


----------------------------------- SPOILERS -----------------------------------



No se ustedes, pero me emocione tanto al leer la historia de Iris que no pude reprimir rabia y asco por el mundo actual, porque sé que esas cosas ocurren en el mundo, en este preciso momento habrá algún pederasta aprovechándose de algún cuerpo pequeño e inocente, destruyendo su infancia para siempre.

El padre Félix, como muchos con su vocación, no solo ocultan hechos como éstos, si no que los cometen. Señores como estos son los que deberían ser castigados, no por su señor o Dios como quieran creer, si no por los padres de la criatura a la que han mancillado... ya así deberían aprender.

Os pongo aquí un trozo del relato de la pequeña Iris... ese papel guardado dentro de un osito de peluche.

"Te voy a desnudar como si fueras una muñeca.... dejé que me quitara la camiseta, y que me bajara el pantalón. Eres mi muñeca, repetía susurrando... Abrí los ojos, asustada, y vi una mancha blanca y viscosa. 
Intente moverme porque me dio asco pero él no me dejó. Chist, repetía, chist... las muñecas no hablan.

Las muñecas cierran los ojos y dejan que las acaricien. También se dejan coger la mano y la ponen en donde les digan. Y abren la boca y lamen con la lengua aunque a veces da arcadas...me dijo: estas creciendo mucho... tuve la impresión de que a él no le gustaba..."