Atardecer. El Sol se va
Siempre me ha llamado la atención, algunos pensamientos que me han rondado por la cabeza cuando veo a diferentes personas por la calle.
Diferentes aspectos, diferentes personalidades, diferentes problemas… pero… todos con algo en común.
¿Por que nunca estamos contentos con lo tenemos o estamos viviendo? ¿por que siempre queremos mas o creemos que la vida es injusta con nosotros?
Un niño corriendo detrás de una pelota… que injusto para él, los niños se burlan porque no ha podido cogerla, se cae y se hace daño, su pequeño mundo se derrumba, empieza a llorar.
Un chico no le de
jan salir de casa porque esta castigado, no consigue chica y si la consigue le hace daño. Que triste mundo se encuentra dicho chico, en el cual, todo le sale mal y resulta que es un desengaño. Los estudios, ¿para que? no se ve mas allá del futuro, diversión y tristeza, solo ven eso en sus largas adolescencias.
Empezamos una nueva vida, un trabajo, la compra de un piso, de un coche… pagar pagar, todo empieza a ir mal, estamos madurando. No quiero, quiero seguir estudiando y no tener responsabilidades.
Tener hijos, uno dos o tres, ¿los puedo alimentar? ¿educar? ¿ayudarles en sus problemas?. Vemos que se repite el ciclo de nuevo, que risa es ver el pequeño mundo desde el mas grande, como ver la tierra desde el sol.
La piel se envejece… no podemos pararlo. Las arrugas asoman, la debilidad enternece y estorba…
Todos estos pasos en la vida, lo vivimos de una manera especial, en cada etapa miramos la de abajo, y vemos que podríamos haberlo disfrutado mucho mas, menos sufrir y mas cantar.
Echamos de menos cosas que en su día no tuvieron valor… que nada nos importo, incluso cosas que nos molestaba hoy dia sería un don. Gente que ya no esta y ayer te sonrieron…
En cada sonido de la música que escucho, miro al lejano horizonte y me rio del destino. Lograre luchar contra lo malo 
que me espera y a disfrutar de lo bueno que tengo. Aunque yo haya cambiado, el sonido no cesa de sonar a través de los años, cuando veo vidas pasar por la calle, oigo aquella melodía que me recuerda a lejanos y grandiosos momentos.
Seré una mejor persona, la experiencia ha hecho comprender las palabras ajenas… encuentro la niña que hay en mi, y sonríe, y no dejare jamás que esa sonrisa desvanezca, por muy fuerte que surja la corriente…
Me aferrare a mi inocencia y dejare que el mundo siga su camino.
